Me es difícil elegir una escena, la serie tiene innumerables escenas magníficas, me decido por una de Fernando Solís, un personaje estupendo, que me fue ganando a medida que avanzaba la 3ª temporada e iba desvelándose el Fernando auténtico, alejado de la imagen de “conquistador” que mantenía para los conocidos, y que solo conoce el espectador.

La escena es la última del capítulo 187 de la 3T.

Hemos visto que Alicia ha llevado al Dr. Octavio al piso franco, para que cure a Fernando, en contra de su voluntad. Sin cuidados médicos, dada su gravedad, podría morir.

Alicia, muy preocupada, vuelve después para ver como se encuentra. Fernando, sigue muy débil por la pérdida de sangre y la fiebre, recostado en el sofá, tembloroso, hace esfuerzos para hablar y se muestra irascible con ella, reprochándole que haya vuelto tras haberle traicionado. No puede confiar en ella. Alicia se muestra cariñosa y se esfuerza en decirle que lo hace todo para ayudarle y pensando en él. Fernando no la escucha le insiste en su traición, no quiere que piense en él, solo le pedía que no descubriese su paradero: A NADIE.

Fernando mantiene su actitud de dureza, habla con dificultad, sigue sin aceptar las explicaciones de Alicia que justifica la aparición del Dr. por el miedo a perderle: Sangrabas, tenías mucha fiebre... Fernando, aprovecha para decir que ese delirio sería el motivo para confiar su seguridad a “una mocosa”, una llorona que no sabe mantener la maldita boca cerrada… Sabe que a Alicia eso le afectará mucho. Se nota que espera una reacción de ella, siempre le ha tratado como una adulta. Ali reacciona enfadada (como él esperaba) porque su decisión la tomó para salvarle la vida. Alicia sostiene la mano de Fernando, acariciándola. Fernando le dice que esa decisión le puede costar la vida. Está angustiada, le acaricia, le dice que va a salir bién, le quiere vivo. Fernando inflexible le tacha de ingenua por ponerse en peligro también, a ella no le importa. Alicia turbada, sigue sujetando y acariciando la mano de Fernando con dulzura.

Fernando rebate a Alicia su Octavio no es así,  no les delatará, diciéndole que todo son así. Sabe que al descubrir su escondite se implica ella y les pone en peligro a ambos. No duda en que D. Octavio pensará en delatarle, y en parte lleva razón, si el doctor no le delata es porque Alicia se lo pide y porque teme las graves consecuencias para ella, que sin duda tendría el haber ayudado a un “traidor” que ha atentado contra el Generalísimo.

Entonces le pide que le escuche que haga una última cosa por él, “un último favor” ¿podrás hacerlo? Ali, cree que por fin él vuelve a confiar en ella, a ser el Fernando que ella conoce, sin dudar contesta “Lo que tú quieras”. Con su respuesta: “Te lo prometo”, la cara de Alicia se ilumina, por un instante con una sonrisa.

Con el semblante desencajado por la fiebre, Fernando reúne de nuevo fuerzas, aunque débil se incorpora y comienza a desvelar en qué consiste su petición. En tono brusco, enérgico le exige que se vaya, el rostro de Fernando da miedo mientras dice “sal de aquí y no vuelvas nunca más, no, no hay peros que valgan…, quiero que te vayas, que te olvides de este piso, de mi nombre y de todo lo que sabes… . Desaparece de mi vida para siempre…, y le empuja hasta tirarle del sofá... Alicia escucha sus palabras,  sorprendida no logra entender a Fernando, está asustada, aturdida y se va…

Impresionante ver a Fernando que nada más ha salido Alicia se derrumba física y anímicamente, agotado ya sin fuerzas, se echa hacia atrás en el sofá y su rostro cambia en segundos, su fingida cólera deja su rostro y asoma su amargura: rompe a llorar. Haber tratado así a Alicia, verle irse desconcertada, asustada… le causa más dolor que sus heridas físicas. Pero sabe que si ella sigue a su lado, cuidándole, corre peligro, debe conseguir que le llegue a odiar, y alejarla es el “arma” que utiliza para protegerla, su plan ha tenido éxito…

Una escena en que tengo un nudo en la garganta, cada vez que la veo, y la he visto muchas veces. Otro de los momentos en que vemos  que Fernando dista mucho de ser un “asesino” sin sentimientos, como le “tildan”. Las circunstancias le han llevado a renunciar a su vida, a su futuro, a renunciar a Alicia. Uno de los grandes momentos en que el personaje muestra sus sentimientos, siempre en soledad, para la mirada del espectador.

Acertadísima la elección de Carlos García, que supo dar al personaje todos los matices que requería: desde la frialdad con Quintero a estas secuencias del Fernando más humano. Detalles como el movimiento reflejo, que hace cuando se abre la puerta al entrar Alicia, despertándole…, sujetarse el lado de la herida… contribuyen a dar autenticidad a las escenas.

En lo personal

Gracias, por estos 7 años.