La escena que más me gustó fue cuando Fernando le cuenta a Roberto su duro pasado, lo que le pasó a Belle durante la Resistencia (Capítulo 143 de la tercera temporada). Era la primera vez que Fernando dejaba que sus sentimientos aflorasen delante de Roberto, se empezaba a resquebrajar la máscara que se había puesto para no implicarse emocionalmente tanto con Roberto como con Alicia. Me parece importante esta escena porque, justo después, Fernando aparecerá por la Plaza de los Frutos todavía algo borracho, Alicia le ve y al final le hace subir a la productora. Aunque Alicia no sabe nada, nosotros notamos que quiere contárselo, que está a punto de hacerlo pero se arrepiente porque no debe, no debe quererla, no debe implicarse con ella… Sigue sintiéndose culpable por el final de Belle y no quiere que Alicia corra riesgos.

Los dos saben que pueden estar en peligro después de haber fallado el plan y que Federico tuviese que suicidarse. Por eso, Roberto se atreve a preguntarle a Fernando por qué se comporta así, siempre tan frío, empiezan a tomar una copa, Roberto dice que a pesar de todo sabe que es una buena persona, un buen amigo, comprometido con sus ideales… Quizás por eso a Roberto, como a nosotros, le extraña ese comportamiento tan distante a veces; y piensa que tiene que haber un motivo para ello. Fernando, como siempre, utiliza la ironía para no tener que hablar de sus sentimientos, le dice que está borracho, Roberto no lo niega, incluso reconoce que le aprecia e insiste en querer conocer los motivos de Fernando para ser así.

La relación entre Roberto y Fernando ya se ha convertido en amistad, en camaradería, en confianza. Desde el capítulo 121 de la tercera temporada, en que Fernando le cuenta que está haciendo un doble papel delante de Quintero, su relación se basa en la confianza mutua. Quizás por eso Fernando decide contarle a Roberto su pasado, compartir con su amigo el episodio más duro de su vida. Mientras toman una copa y fuman un cigarrillo, empieza a contarle por qué siente que se odia a sí mismo, por qué siente que sigue vivo sin estarlo, buscando un final digno para su vida, sin poder sentir nada. Me gusta mucho cómo Fernando lo va contando despacio, quizás recordando cada imagen en su cabeza, deleitándonos a la vez con unos gestos muy expresivos que hace que cada palabra de su relato nos llegue al corazón. Por ejemplo, cuando la nombra lo hace mirando hacia delante, sin fijar la vista en un punto determinado “se llamaba Belle”, es como si Fernando se estuviese viendo a sí mismo en el momento de conocer a Belle.

Fernando le cuenta cómo conoció a Belle a través de su hermano fotógrafo, cómo se enamoraron y vivieron su amor, cómo ella se unió a la Resistencia, cómo compartían todo… La expresión de Fernando durante todo el relato es relajada, recordando un buen momento del pasado. Su expresión cambia cuando dice que nunca debió consentir que se uniese a la Resistencia, la culpabilidad se refleja en su rostro.

Fernando le revela a Roberto que fue él quien la mató, Roberto se asusta y no lo entiende, es entonces cuando Fernando empieza a contar el peor episodio de su vida. Le cuenta cómo empezó el doble juego infiltrado entre los nazis, y cómo prepararon la misión de la fiesta; es un pequeño resumen de lo que meses después veremos en el especial “Flores para Belle”. Roberto cree que la mató por haber descubierto su doble juego, pero nada más lejos de la realidad, confiaban el uno en el otro plenamente. Belle se ofreció para participar en una misión, la expresión de Fernando vuelve a cambiar mientras le cuenta a Roberto que Otto Ganz sobrevivió a un primer atentado y reconoció a Belle.

Fernando, con los ojos vidriosos, le cuenta a Roberto que tuvo que matar a Belle para que no sufriera las torturas a las que Otto Ganz iba a someterla. Le relata la última mirada de Belle “una mirada infinita, llena de amor y de súplica” y le dice que él respondió a esa mirada pegándole un disparo. Fernando vuelve a tener la mirada perdida en un punto, está reviviendo el momento en que tuvo que matar a Belle y sus gestos y mirada hacen que nosotros, los espectadores, nos emocionemos con su relato.

El momento más emotivo es cuando Fernando le dice “Belle cayó hacia atrás, muerta, pero sin dejar de mirarme… Yo todavía tengo esos ojos guardados en el corazón, Roberto”. Vemos las lágrimas en sus ojos, vemos cómo le afecta hablar de ello… Creo que es el momento más íntimo de un personaje en la serie, confía a un gran amigo una dura verdad de su pasado. Roberto está impresionado por el relato de su amigo, le dice que tuvo que ser duro y ahí Fernando vuelve a ser el de siempre, se seca las lágrimas, traga saliva y le dice que tuvo que hacerlo, por ella y por la misión.

Una afirmación que me parece muy dura es lo que dice Fernando a continuación “gané la guerra pero la perdí a ella” lo dice apagando el cigarro en el cenicero. Durante las guerras millones de personas sufren pérdidas, pero la peor ironía que creo que puede haber es ganar una guerra que no es propia y a la vez perder a la persona a la que amas.

Dice que después de aquello nadie dudó de su lealtad al nazismo; y le resume a Roberto por qué se comporta como lo hace delante de los demás, su vida personal murió con Belle y cree que nunca más volverá a sentir nada. Por eso intenta mantener las distancias con Alicia en todo momento, no quiere ni puede implicarse con ella; e incluso es la razón por la que al principio quería también mantener la distancia con Roberto, prefiere no implicarse, no tener buenos momentos para después tener que soportar pérdidas.

Pero Roberto y Alicia cambiaron sus planes; Fernando, ese hombre comprometido que no quería implicarse sentimentalmente, siente una gran amistad y admiración por Roberto y un gran amor por Alicia.

Su relato termina reconociendo que nunca más pudo mirar a los ojos al hermano de Belle; Roberto está impresionado por el relato, es posible que a partir de ese momento entendiese mucho mejor a su compañero y amigo. Fernando se queda mal después de haber recordado esa parte de su vida y por eso al encontrarse con Alicia tiene tentaciones de confesarse con ella también, de contarle que no es tipo frívolo, que tiene sentimientos aunque no quiera.

Fernando y Roberto protagonizaron una de las amistades más bonitas de la serie; de su relación de subordinación surge una amistad sincera que se traduce en total confianza y en un hombro en el que apoyarse cuando uno cae.