Supongo que os sorprende recibir noticias mías… No estaba seguro de escribiros, es poneros en peligro, pero Alicia me ha convencido, hemos encontrado la forma de haceros llegar la carta de manera segura. No sé si lo sabéis, Alicia ha venido a Francia conmigo, hemos llegado ayer mismo y… Vamos a tener un hijo. Cuando me lo dijo no me lo podía creer; Marce, he pensado mucho en nuestra charla sobre tus hijos, sobre tener una familia. Estoy ilusionado con nuestra nueva vida, será difícil, pero saldremos adelante.
Quiero agradeceros una vez más toda la ayuda que he recibido de vuestra parte… Si no llega a ser por vosotros yo no estaría aquí… Volver a Madrid me ha ayudado a volver a confiar en la gente, saber que tengo personas a las que les importó, personas capaces de jugársela por mí… Nunca podré agradecéroslo lo suficiente y nunca podría haberme perdonado que os hubiese pasado algo en la detención a ti o a Daniel, Pelayo. Hasta que no supe que os habían soltado, no pude respirar tranquilo; siento mucho haberos metido en ese lío, solo por ayudarme…
Me pesa tanto tener que irme una y otra vez de mi país… Estoy seguro que un día, quizás dentro de mucho tiempo, volveremos, un día nuestro país será libre y todos podremos vivir en él… Me gusta pensar que mi hijo sí podrá disfrutar de su país, de nuestro país; y que os conocerá, a vosotros y a vuestros hijos. Mientras tanto, sabed que aquí en París siempre tendréis un sitio donde quedaros si queréis venir; una de las cosas que peor llevo es tener que despedirme siempre de las personas que me importan. Si en algún momento queréis visitar Francia, hacer un viaje, con los niños, solos, como queráis, aquí tenéis vuestra casa, ni lo dudéis.
Recibid un fuerte abrazo de mi parte, por supuesto, y también de la de Alicia.
Fernando Esquivel

Fernando estaba esperando a la persona que enviaría la carta mientras recordaba el desayuno de ese día. Es el cumpleaños de Alicia, justo al día siguiente de llegar a Francia. Todavía no tenían un lugar propio, Fernando había hablado con un antiguo camarada y durante las primeras semanas se quedarían en una casita que tenía cerca de París. No qerían quedarse mucho tiempo, tendrían que buscar un apartamento para ellos y su hijo, pero eso sería al día siuiente, ese día no querían pensar en nada. Fernando se había levantado al amanecer, con mucho cuidado de no despertar a Alicia, en ese momento escribió la carta, después salió a comprar el desayuno, recordó la conversación que tuvieron sobre hacer planes juntos y sonrió, esa mañana no compraría el periódico, se tomarían una pausa de su recién estrenada nueva vida, al día siguiente volverían a la realidad.

Compró cruasanes y brioches, unas naranjas para hacer zumo, café y pan de molde… Quería comprarle un regalo, un pequeño detalle, pero era muy pronto para que las tiendas estuviesen abiertas. Al llegar a casa, Alicia seguía durmiendo, le encantaba verla dormir pero esta vez no pudo evitar llevar su mano hasta el vientre de ella, acariciarle lentamente. Alicia se despertó sobresaltada, durante un momento no recordó dónde estaban, la noche anterior la habían pasado en un bosque al raso, y despertar de golpe teniendo la sensación de haber dormido profundamente le confundió. Al ver a Fernando recordó la casa, la habitación, la alegría al saberse en tierras francesas. Se quedó un rato más en la cama mientras Fernando preparó el desayuno, desayunaron juntos en la cama, hablando de mil cosas, riendo; hasta que Fernando la felicitó, ella pensó que no se había acordado después de todo lo que les había pasado en los últimos días. Cumplía 31 años junto al hombre que amaba y esperando un hijo al que ya quería.